jueves, 16 de abril de 2020

El TAPABOCAS

 Conservo en mi casa, a modo de relicario, una manta de lana burda y tosca de color natural, parda y blanca. Tiene una composición de rayas. Su  tamaño es menor a una manta comun, es más estrecha  y termina  en sus extremos por cerras del mismo paño.
Nuestros antepasados la utilizaban para el frío, con ella se enroscaban y  abrigaban tapándose  el cuello   y la cabeza.
La portaban hombres de campo, agricultores y pastores.
Las autoridades, alcalde y médico llevaban capa , como prenda de abrigo; símbolo de autoridad.

Era una prenda que perteneció a  la indumentaria del pasado, del campo, en el medio rural. Formó parte de nuestros" ayeres". Hoy la pandemia de LA COVID 19 , la ha traído al recuerdo por ser sinónimo de mascarilla, barbijo, careta...
Mi madre cuando nevaba me arrebujaba con ella y me llevaba a la escuela.
Hoy, permanece entre los utensilios  y enseres que guardo  de mis antepasados.
Recordarla como prenda, de otra forma filosófica de existir, me trasporta a una época que me produce nostalgia, por lo que tuvo que ver con mis raíces.
 Es una  palabra " moribunda", los nuevos usos y costumbres  la han lanzado al olvido. Pero   las circunstancias  del momento la han traído al recuerdo por su similitud con la mascarilla, tan necesaria en la Pandemia.

Recordar nos devuelve a la memoria de pasadas generaciones,  nos hace comprender nuestra historia y valorar todo aquello que explica quienes somos.